A estas alturas todos estamos al corriente del aumento en su consumo que han tenido las marcas blancas. Este hecho ha estado provocado por dos cuestiones; la primera es el descenso en el poder adquisitivo de las familias y la seguda es la falsa creencia de que los productos marca la pava (como se les conocía antaño) tienen el mismo sabor y las mismas propiedades que los productos con pedrigrí, (…)
PUES NO ES ASÍ. Debajo de las aparentemente inofensivas marcas blancas se esconde toda una amenaza. Los productos «sin marca» suelen ser una copia barata de un producto que ha tenido éxito en el mercado porque una empresa con nombre y apellidos se molestó en idearlo, desarrollarlo, darle un aspecto atractivo, lanzarlo y promocionarlo, con sus costes de investigación, pruebas, testeos distribución, publicidad… cosas, todas ellas, que puedo asegurar no son baratas.
Pero claro, de desagradecidos está el mundo lleno y luego viene el señor X, con una de sus macro cadenas de distribución y ve que ese producto funciona, lo coge, lo copia (más o menos) y nos lo pone delante con un aspecto mucho más feo pero a mitad de precio, eso si.
Nosotros, débiles compradores con bolsillo facilón, caemos en la trampa y le damos una patada en el culo a todos aquellos que se levantan cada día pensando en innovar y no en aprovecharse del trabajo de otros para lucrarse.
Esta conducta, permitida y aparentemente inocente, tiene una gran repercusión en las ventas de las marcas marcas y por tanto en sus beneficios, que al fin y al cabo es de donde sacan las partidas para investigación y desarrollo. Pero la cosa va más allá y es que cuando una marca ve disminuidas sus ventas automáticamente tiene que ajustar sus niveles de producción y por tanto, reducir el número de empleados en función de su nueva realidad.
Por tanto, cuando ustedes, queridos lectores de bolsillos frágiles se vean a sí mismos en un supermercado con un producto de marca en una mano y otro de signo bastardo en la otra pensando cuál llevar a casa, párense un segundo a pensar qué tipo de mundo queremos, uno de productos indiferenciados y de sabores planos o uno en el que cada día descubramos valores nuevos que leer en una etiqueta.
PD 1: Siento haberme extendido pero ya que este blog se mueve poco, al menos que cuando lo haga tenga un poco de chicha.
PD 2: Y no con reflexiones de marca blanca sacadas del primer libro de derecho que se pueda encontrar, sino con marca propia.
16 comentarios
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febrero 6, 2009 a 12:50 pm
EL COLEGA DE DAMA DEL SUR
SI SI SI A Todo lo dicho, estamos entrando en el maravilloso mundo de todo igual y el mismo sabor y solo se cambiara de sabor cuando las grandes compañias saquen cosas nuevas y los otros lo copien.
Por llevarlo a un extremo viviremos en una dictadura de los supermercados, esto es lo que hay si lo quieres o si no te jodes. Nos veremos relegados a buscar por supermercados clandestinos para poder comprar madalenas caseras, esa leche que nos mola, esas natillas sabor a natillas o los flanes duullll no hay ningunos igual.
Por un mundo por marcas y variedad.
febrero 19, 2009 a 4:13 pm
Corradino
Ante todo, no soy ningún defensor de las marcas blancas, es más, pocos productos de ese tipo entran en mi casa. Pero mi pregunta es: ¿de dónde has sacado la información para escribir este post?
¿Qué te hace pensar que las marcas blancas son un problema para el mercado? Muchos de esos productos marca Alipende, Hacendado o Hipercor son fabricados por empresas archiconocidas y ni siquiera están copiando de otros. Simplemente envasan sus productos con otro nombre. Por supuesto que también hay muchos de esos productos fabricados por hermanos Paquito y de peor calidad que los originales, pero te puedo asegurar que hay marcas blancas de mayor calidad que otras que vemos anunciadas en televisión, pero se venden a un precio más razonable simplemente porque no tienen un nombre ni un gasto exagerado en publicidad.
Caso práctico 1: En mi casa siempre hay un frasco de mermelada de ciruela marca Alipende (Ahorramás). ¿Por qué? Porque en mi casa vive alguien al que sólo le gusta la mermelada de ciruela de la marca Helios. Nosotros casi siempre compramos en este supermercado y la movilidad de marcas en las estanterías es contínua, pero su marca blanca la mantienen más o menos estable. Un día tienes la mermelada Helios, otro día es Hero, otro día encuentras de La Fábrica, pero a estas marcas siempre las acompaña Alipende. ¡Qué casualidad! La mermelada de ciruela Alipende esta fabricada por Helios. Problema resuelto. No sé si será más barata o más cara (no me suelo fijar en los precios), pero seguramente me esté ahorrando varios céntimos en cada tarro y teniendo el mismo producto en casa.
Caso práctico 2: Pañuelos compactos Alipende. Un paquete de Kleenex de cinco unidades, compacto y de calidad fabricado por alguien nada conocido. No han copiado a ninguna marca conocida, que yo sepa. Y están ofreciendo un producto de calidad, diferente y a un precio razonable.
Caso práctico 3: Toallitas refrescantes Bodyplus (Ahorramás). No son peores que las de otras marcas, pero ofrecen más cantidad sin tener que aumentar el precio. No tienen gasto en publicidad.
En fin, no todos llenamos el carro de la compra con marcas blancas, pero si alguien tiene la necesidad (o la preferencia) por hacerlo, que sepa que no pierde en calidad ni está llevando a la quiebra a Coca Cola.
Y para terminar… Caso práctico 4: Papel higiénico Hacendado (no sé si utilizan exactamente esta denominación, pero es de Mercadona). Simplemente, preferiría limpiarme con papel de periódico. Donde esté un buen rollo acolchado de Scottex…
febrero 19, 2009 a 8:03 pm
En mis trece
La duda ofende, ¿acaso alguien cree que osaría a escribir un post como este sin documentarme?
La información está ante nuestros ojos, informes que indican un importante aumento en el consumo de estos productos blancos, marcas que basan su comunicación en el mensaje «no lo fabricamos para otros».
Es cierto que hay marcas reconocidas que fabrican marca blanca pero gracias a una experiencias directa con una de estas marcas de alimentación diré que se arrepienten muchísimo de haber hipotecado su marca en pro de las ventas y haberse convertido así en empresas frágiles a merced de las grandes superficies. De esto no puedo dar nombres, tendrá que valer la palabra de una dama.
Acepto el caso de la mermelada y me alegro de que solucione tu problema, derivado de la logística que supone vivir en zonas de poca oferta comercial pero el caso de los pañuelos no cuela.
Aquí no se está diciendo que sólo pueda existir una marca de pañuelos, de mermelada o de lo que sea. De lo que se trata es de que si la marca kleenex (has utilizado la marca como genérico, un dato curioso) lanza pañuelos compactos perfumados aroma vainilla y a la gente nos da por comprarlos como a borregos, os sea que triunfa, llegará la otra marca en cuestión y dirá, «mira esto mola, vamos a sacar algo igual o similar pero con menos precio», y entonces se estará aprovechando del esfuerzo de innovación de otros.
Que Coca Cola no va a quebrar es algo que todos pensamos y que pobablemente así sea pero más que nada, por que nadie ha tenido las santas narices de lanzar un producto marca blanca o no, equiparable en sabor a la Coca-Cola. Y si no nos fijamos en los gigantes y bajamos un poco la vista podremos ver que muchas marcas están perdiendo cuota de mercado por las blancas.
Quizá es pronto para verlo pero llegará el día en el que se aprecie el daño real que las sin marca están haciendo y será el día en el que tras el placer que supone ir al baño, te espere colgando un trozo de lija (en el mejor de los casos).
Por último, destacar el alto grado de incoherencia que se desprende de tus palabras; tú no compras marcas blancas pero comes mermelada Alipende, pañuelos dios sabe que, toallitas bodyplus y has experimentado el papel de lija. Aclárate!!!!
Por cierto, ¿era necesaria semejante parrafada sin un puto intro entre los puntos y aparte? A ver si recuperamos los buenos hábitos lingüísticos, aunque sólo sea por deferencia al lector.
febrero 20, 2009 a 8:57 am
Corradino
Contestaré a tu comentario, no porque defienda a las marcas blancas. Repito, por lo general, no me gustan y procuro no comprarlas. Pero los defensores a ultranza de cualquier tema, prefieren no ver más allá de sus narices, y creo que es lo que te está ocurriendo.
No dudo que te hayas documentado para escribir esto, la cuestión es: ¿te puedes fiar de tus fuentes? ¿Deberías tomarlas como palabra de Dios (sea cual sea el tuyo y esté donde esté… si está)?
Por supuesto que está subiendo el consumo de este tipo de productos, estamos en crisis. La mayoría de estas marcas blancas son productos de primera necesidad. En momentos como los que estamos viviendo (mucha gente se está quedando sin trabajo), la gente necesita comprar estos productos y prefieren comer pan con relleno que disfrutar de la fórmula innovadora de mezclar los ingredientes en las fábricas de Panrico. Hay gente que necesita llenar el carro de marcas blancas.
No dudo tampoco que haya marcas reconocidas que se arrepientan de haber vendido su alma al diablo comercializando sus productos en otros envases diferentes a los suyos. Lo han hecho por vender más, seguramente hayan tenido que invertir más en recursos y ahora ven peligrar esa inversión si el supermercado de turno deja de pedirles sus productos. Haberlo pensado antes.
Me alegro que, por lo menos, me des la razón en el caso de la mermelada, pero creo que el motivo no es la poca oferta comercial por vivir en una determinada zona. Creo que en Madrid capital tenemos «casi» de todo.
Tu ejemplo de los pañuelos, lo siento, no me vale. Y los llamo con su nombre comercial, porque es completamente legítimo. En la historia de la publicidad no es el primer caso en el que la denominación de una marca comercial asociada a un tipo de producto se ha universalizado y ha adoptado dicha marca como genérico, pero esa es otra historia. El caso es que el ejemplo que yo te daba era de innovación, no de copia. Y, es más, la marca conocida, probablemente también ha copiado de otros.
En el caso de Coca Cola, no tiene problema, su sabor es inigualable. Ni siquiera Pepsi lo ha conseguido. Pero si vas a defender a las pequeñas compañías que pierden cuota de mercado, piensa que muchas de esas marcas blancas tienen detrás a otras pequeñas compañías, y están al mismo nivel de innovación.
Por otro lado, ¿tu crees que llegará ese día en el que no tengamos más que papel de lija? Eso lo llamo yo ser fatalista.
Y, llegando ya casi al final, ¿te parezco incoherente? ¿Cuántos productos diferentes tienes en tu casa? ¿100? ¿200? ¿Te parece exagerado tener cinco o diez productos marca blanca en casa de alguien al que no le gusta comprar estos productos? Repito, no como mermelada Alipende, pero en mi casa si hay alguien que la come. Y yo no lo hago, no porque sea Alipende, sino porque no me gusta la mermelada. De todas formas, ¿qué delito hay en probar las cosas? Esa es la primera ley del mercado: «prueba, compara y si encuentras algo mejor, lo compras».
Y, último punto, ahí me has dado. ¿Recuperar hábitos lingüísticos? ¿De qué? Los chats no son literatura. Entiendo que, párrafos de más de tres líneas sean difíciles de mantener tu atención, pero con un poco de esfuerzo, seguro que lo consigues.
febrero 25, 2009 a 12:05 pm
Mario Zumbetti
Bueno bueno bueno. Yo que iba a salir con el hacha de paseo y veo que «corre dinio» o no mojas esta noche con la vieja se me ha adelantado.
Estoy con el dinio corredor, no me parece afortunado este post. Además de que el ejemplo de un caso particular (o dos) no puede valer para hablar de la generalidad de las empresas que fabrican marcas blancas, no es del todo cierto lo que dices.
Nadie les ha puesto un cuello en el cuchillo a los fabricantes para que ofrezcan sus mismos productos pero sin marca a las grandes superficies. Porque del otro tema ni hablamos, porque esas marcas blancas que plagian a otras empresas que invierten en I+D+i ni por asomo se parece al original al que pretenden igualar (me vale el ejemplo de la lija, aunque los hay por doquier) y el que los compra es porque no les queda más remedio (debido a la crisis) o porque le sale de los cojones (tan válida como la anterior en una sociedad de consumo). Que sigan el ejemplo de danone con sus bifidus o lo que mierda sea lo que venden que explícitamente dicen en el anuncio publicitario que no lo comercializan con otro nombre. Así que si lo quieres, ya sabes.
En fin, entiendo que los que vivís de la publicidad lo veáis como un problema, pero no podéis vendernos la moto de que está mal. En mi sector por ejemplo, hay mucho cafre que se ha cargado el mercado inmobiliario debido a diversos factores, pero es que así son las reglas y los más listos son los que aprovechan mejor las oportunidades que les ofrece el mercado, aunque ello suponga en ocasiones que empresas se queden fuera o lo pasen mal por una mala gestión o por no saber adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado.
En el caso de las marcas blancas me parece que pasa lo mismo (a mi modo de ver). En unos casos el «hipotético» problema se lo han creado ellos mismos y en el otro, no supone una amenaza real debido a los deplorables controles de calidad de esos productos.
febrero 25, 2009 a 12:31 pm
Mario Zumbetti
¿Esto es un chat? Corredino, me parece que andas algo perdido con esto de internet. Esto es un blos. ¿Y yo estoy de acuerdo contigo? madre mía, retiro todo lo dicho.
Las marcas blancas son una mierda, son los culpables de todos los males de las multinacionales y pequeñas empresas que se ven obligados a «mal vender» sus productos a las grandes superficies y de engañar a esos estúpidos consumidores que no tienen ni puta idea de nada, que no saben lo que compran y que venden su dignidad por unos miserables céntimos, obligando a estos empresarios que vieron como de la noche a la mañana multiplicaban sus ventas, colocando esos excesos de stock que de otra manera probablemente tuvieran que tirar por no poder absorberlos el mercado y que ahora se ven asfixiados por esos mismos que los hicieron ricos unos años antes.
Las grandes superficies son como los camellos que te invitan a los primeros flirteos con las drogas, para joderte cuando ya estás enganchado. Lo que no entiendo es como todavía las empresas siguen picando con ese truco. Es lo mismo que te hace el corte inglés, zara, etc… te hacen pedidos enormes al principio, tú te vienes arriba e inviertes en infraestructuras y cuando te crees el rey del mambo, te bajan los precios.
Te toca tragar para amortizar toda la inversión realizada. Diversifiquen señores, diversifiquen. No tengan un par de clientes de mucho volumen, tengan muchos clientes de poco.
P.D. al final de este post, ya no sé si estoy en contra o a favor… juas juas
P.D.2 ¿quedaba alguna duda?
P.D.3 la culpa la tiene el toro que mató a manolete
P.D.4 Siento las posibles erratas y redundancias cometidas, pero es que no tenía ganas de repasar el texto escrito, ni de este ni del anterior. Así que también tendréis que perdonar la falta de rigor, ya que no soy realmente yo quien escribe este post, sino la marca blanca que me ha suplantado hoy en la oficina.
febrero 25, 2009 a 6:14 pm
Quincy
Y a todo esto, ¿para proteger la inversión en investigación y desarrollo no se había inventado ya el sistema de patentes?
febrero 26, 2009 a 9:06 am
Corradino
El verbo chatear
A raíz del uso de la palabra chat, posteriormente entre los usuarios se originó la palabra chatear para indicar la acción de establecer una cibercharla. Aun así, chatear no fue reconocido por la Real Academia Española como verbo relacionado con la informática sino hasta junio del 2007, cuando se reconoce como una comunicación por Internet (hasta entonces, chatear indicaba, en el DRAE, únicamente la acción de tomar chatos (de vino). Similar actitud asume el Diccionario Panhispánico de Dudas 2005 (publicado por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de Lengua Española), que asienta el uso del verbo chatear, definiéndolo como «mantener una conversación mediante el uso de mensajes electrónicos».
Usuarios del chat
Entre los usuarios de este tipo de medios destacan los usuarios que en chats, foros y otros medios escriben utilizando un lenguaje saturado de palabras muy cortas (short words), simplificando palabras y en general sin respetar las reglas de ortografía.
No digo yo que esto sea un chat, pero los párrafos de un tamaño normal tampoco atacan ningún buen hábito lingüístico.
Por cierto, ¿quién no tiene en casa algún producto marca blanca?
febrero 26, 2009 a 8:06 pm
Para hacer demagogia barata no se molesten en escribir
Me quedo perpleja ante los comentarios que tengo que leer. Me parece que muchos confunden marca blanca con una marca poco conocida.
Las marcas que nadie conoce son marcas poco conocidas, no marcas blancas. Estas, por lo general son de empresas pequeñas que no tienen a su alcance partidas para publicidad que les permita darse a conocer más allá de su entorno más cercano y que se dan con un canto en los dientes si una distribuidora les compra su producto para ponerlo en un lineal.
Las marcas blancas pertenecen a las distribuidoras, empresas que tradicionalmente se dedicaban a comprar producto a los fabricantes para vendérselo al consumidor final en un supermercado o similar y de eso se ganaban la vida.
Pero, no contentas con ganas millones haciendo el egipcio, un día dijeron; -«che» si esto lo compro sin envase, le pongo el mío y me saco el doble!!. Y ahí empezó la marca blanca.
Resumiendo para los más lentos:
– pañuelos pepito es una marca (mejor o peor, con más o menos lija, más o menos fea y más o menos conocida, pero una marca)
– Alipende, Hacendado, Alteza y demás bazofia son marcas blancas, es decir, las que pertenecen a las propias distribuidoras que nos ponen pañuelos pepito, pañuelos Kleenex y pañuelos bodyplus en el mismo linea.
Y nosotros, necios compradores podemos ahorrarnos unos centimillos comprando los pañuelos pepito y favorecer a una pequeña empresa (que es el 90% de todo el tejido empresarial), comprar los kleenex y seguir contribuyendo a la innovación o participar de los piratas que han llevado a muchas empresas (pequeñas y grandes) al borde del abismo sin piedad alguna.
Si es lo que yo decía, tras leer estos comentarios me queda claro que hay mucha gente que no sabe distinguir una cosa de otra y así nos va.
febrero 27, 2009 a 7:47 am
Marcos Blanco
Después de leer este último comentario, me da la impresión de que alguno no sabe leer o le cuesta asimilar lo que otros dicen.
marzo 5, 2009 a 8:20 am
Mario Hacendado
¿Ein? demagogia barata, que si no se sabe lo que es una marca blanca… ¿Tú has oído hablar alguna vez de la economía de escalas? pues eso responde en mayor parte a la problemática expuesta.
marzo 5, 2009 a 7:46 pm
Y dale perico al torno
Puede que esto esté favorecido por la economía de escala pero también hay que aprender a diferenciar de cuándo el consumidor no está para echar la casa por la ventana y opta por bienes más asequibles de cuando las cadenas de distribución ven un filón para encasquetarnos sus dichosas marquitas.
Que tendrán que ver las churras con las merinas, digo yo.
marzo 9, 2009 a 4:17 pm
Mario Hacendado
Todo está relacionado, joven padawan. Las churras, las merinas y los barquillos de coco. Si una mosca se tira un pedo en Groenlandia, es que se ha adaptado de lujo al frio. Y así podría estar indefinidamente dando ejemplos de relaciones socio-económicas. Me da la sensación, pequeño saltamontes, que perdiste la llave del saber en un carrefour y deberás volver allí, comprar un lote de productos marca ACME y meditar; mucho si deseas llegar al punto de no retorno. Sí pequeño aprendiz, tienes un largo camino por recorrer, pero no tengas prisa, puesto que las puertas de la sabiduría no están abiertas para los jóvenes impacientes. Observa despacio esa etiqueta de «hacendado» y podrás ver a través de ella universos imposibles desfilando como ratones tras el flautista de la marca blanca. Su melodía contagia al consumidor poco exigente y escaso de recursos, mientras el depredador de alto poder adquisitivo contempla como, sin darse cuenta, esos consumidores sin valores van uno tras otro cayendo por ese acantilado que es la marca basura, la calidad corrompida en aras de conseguir que los pobres, tengan la engañosa sensación de que pueden encontrar en las «naik air» la supersuela de aire que evitará los esguinces de tobillo, mientras juega al baloncesto y sus amiguitos llevan esas nike originales, dándole trabajo digno a tantos y tantos niños chinos.
marzo 18, 2009 a 1:42 pm
Corradino
marzo 25, 2009 a 7:53 pm
Quincy
Con algunos datos interesantes:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/marca/blanca/impone/guerra/super/elpepusoc/20090228elpepisoc_1/Tes
marzo 26, 2009 a 8:43 am
Chico, chico, documentado y todo
Si es que ya lo decía yo.