Sí señores, hace tiempo que no me dejo ver por estos lares, pero es que ocupaciones no sé si más o menos importantes (el tiempo lo dirá) me han impedido acercarme a este tablón de quejas, chorradas y cajón de sastre donde todo vale; al menos «a priori».

Pues sí, hasta los mismísimos huevos de que crean algunos de que soy gilipollas, de que cada vez que quieran puedan venir con el cuento de que todo va bien, somos la releche y  no se olvide de votarme cuando toque el día de turno.

Pues no, ya no puedo más. Ya estoy cansado de que los partidos mayoritarios de España piensen que soy gilipollas. A ZP le diría que ya está bien de convertir a España en una república bananera, de que se gaste en polladas lo que no tenemos y que a tenor de los anuncios de esta semana ya vamos a empezar a pagar con impuestos. Han empezado por el alcohol, tabaco y gasolina que es lo más sencillo de hacer, pero no se preocupen que ya le llegará el turno al IRPF; incluso ya se está especulando con subir el tipo impositivo del IVA. Cuando el río suena… vayan preparando la cartera y olvídense de comer salmón porque  este año van  a pasar de remontar el río. Ya saben, por si les cae una hostia por el mero hecho de pasar por allí.

Lo que decía, que pierdo el hilo; aparte de los planes inútiles para sacarnos de la crisis el muy cara dura tiene los huevos de prepararse una jubilación de oro (será que no confía mucho en los resultados) en el Consejo de Estado. Para los que no estén muy puestos en Instituciones españolas, decirle simplemente que es un órgano consultivo del Estado que no vale para media mierda. (Si alguien está interesado, estaré encantado de ampliarle información al respecto).  Pero que el muy jeta ha aprobado una Ley por la que todos los ex-presidentes de gobierno pasarán a formar parte de dicho órgano -de forma vitalicia- con los más altos honores y con el sueldo más alto que existe para este cuerpo. Por supuesto, acumulado al que le corresponde de forma vitalicia por haber sido el presidente del gobierno. No está mal para un tío que se cree que vive en el país de Alicia y que un puto golpe de suerte nos sacará de esta crisis; porque lo que son ideas… pocas. No sé si es que se rodea de inútiles o que no les hace ni puto caso a los que le rodean y saben de qué va lo de la carga de la deuda, lo de gastarse en unos meses lo que produce el país en todo un año y un largo etc…

Ya me dirán ustedes qué les parece el fiera que tenemos al frente del país. Yo también sonreiría como él si supiera que dentro de 3 años ya no hace falta que dé ni chapa el resto de mi vida con los dos sueldazos que voy a cobrar.

En fin, seguiría desproticando, pero no quiero atosigarles más en este post. No se preocupen, porque para el PSOE tengo más leña que echar al fuego. dan mucho juego, pero no se crean que sólo tengo para ellos. El PP, se ha propuesto hacer la peor oposición de la historia y lo van a conseguir; no solo eso, es cómplice de los mismos defectos que el PSOE y eso hace que ambos estén viciados, podridos y la pena es que vivo en un país de caínes, borregos y paletos (hablo siempre en promedios, no se me vayan a mosquear… jajajaja, esto es broma, si no te gusta tienes dos caminos, o te jodes en silencio o me insultas) que no ven más allá de estos dos partidos.

Obviamente, dejo fuera a los nacionalistas. No me voy a extender demasiado, pero ni los comento porque son una panda de subnormales (sentido literal de la palabra, vayan a la RAE) que no tienen el mínimo de intelectualidad y cultura para poder comprender lo que significa esa palabra dentro de la multicultural España. Si lo supieran, ni darían tanto por culo ni tendrían unas aspiraciones cuyo tren pasó hace ya unos siglos.

Me despido hasta la próxima. ¡Ah! no olviden el matamoscas, nunca sabes cuando vas a necesitar aplastar algún insecto molesto.

A estas alturas todos estamos al corriente del aumento en su consumo que han tenido las marcas blancas. Este hecho ha estado provocado por dos cuestiones; la primera es el descenso en el poder adquisitivo de las familias y la seguda es la falsa creencia de que los productos marca la pava (como se les conocía antaño) tienen el mismo sabor y las mismas propiedades que los productos con pedrigrí, (…)

PUES NO ES ASÍ. Debajo de las aparentemente inofensivas marcas blancas se esconde toda una amenaza. Los productos «sin marca» suelen ser una copia barata de un producto que ha tenido éxito en el mercado porque una empresa con nombre y apellidos se molestó en idearlo, desarrollarlo, darle un aspecto atractivo, lanzarlo y promocionarlo, con sus costes de  investigación, pruebas, testeos distribución, publicidad… cosas, todas ellas, que puedo asegurar no son baratas.

Pero claro, de desagradecidos está el mundo lleno y luego viene el señor X, con una de sus macro cadenas de distribución y ve que ese producto funciona, lo coge, lo copia (más o menos) y nos lo pone delante con un aspecto mucho más feo pero a mitad de precio, eso si.

Nosotros, débiles compradores con bolsillo facilón, caemos en la trampa y le damos una patada en el culo a todos aquellos que se levantan cada día pensando en innovar y no en aprovecharse del trabajo de otros para lucrarse.

Esta conducta, permitida y aparentemente inocente, tiene una gran repercusión en las ventas de las marcas marcas y por tanto en sus beneficios, que al fin y al cabo es de donde sacan las partidas para investigación y desarrollo. Pero la cosa va más allá y es que cuando una marca ve disminuidas sus ventas automáticamente tiene que ajustar sus niveles de producción y por tanto, reducir el número de empleados en función de su nueva realidad.

Por tanto, cuando ustedes, queridos lectores de bolsillos frágiles se vean a sí mismos en un supermercado con un producto de marca en una mano y otro de signo bastardo en la otra pensando cuál llevar a casa, párense un segundo a pensar qué tipo de mundo queremos, uno de productos indiferenciados y de sabores planos o uno en el que cada día descubramos valores nuevos que leer en una etiqueta.

PD 1: Siento haberme extendido pero ya que este blog se mueve poco, al menos que cuando lo haga tenga un poco de chicha.

PD 2: Y no con reflexiones de marca blanca sacadas del primer libro de derecho que se pueda encontrar, sino con marca propia.

POEMA DE AMOR JURÍDICO O DE CUANDO LA CLÁUSULA ‘PRIOR AMORE, POTIOR IURE’ NO TIENE IMPORTANCIA’

¿Por qué me dejaste amor? Si yo, reconozco jurídicamente que te amo; ¿Cómo no apelar a ti? Si fuiste mi recurso de amparo, de alzada; mi unificador de sentimientos; mi única instancia; Cómo no reconocer tus derechos posesorios sobre mí? Si en mi desarraigo fuiste mi domicilio fiscal o social (nunca supe la diferencia amor, ¿la hay?) Y aquellas noches amor, ¡¡¡oh!!!; Cómo olvidarlas!!!.; Si en ellas vivimos los hechos probados, que en definitiva, permitieron mi apertura a prueba.

Y es cierto mi amor, sé que el documento no llegó a perfeccionarse, pero debes reconocer, al menos, que en la confesión mis sentimientos fueron más claros que nunca. Casi diría que hicieron plena prueba. ¡Ay amor! Mi dulce exhorto!; Mi notificación válida! Mi posesión legítima, aunque viciosa; mi sentencia favorable y definitiva: ¿por qué me abandonaste?; ¿Por qué tuviste esa dura contestación a mi demanda? ¿Acaso no cabe, todavía, en tu corazón un recurso extraordinario?; ¿Acaso no apelarías, no conciliarías; no homologarías, no acordarías? Mi amor larga viene siendo mi espera y mi minuta. Mi amor, el tiempo corre y los sentimientos caducan.

¿Sabes? Con este poema jurídico y amoroso, amoroso y jurídico espero revertir la carga de la prueba, espero tu última respuesta; pero sin falacias amor, que mi dolor no las toleraría. Es que no puedo negar que mis sentimientos entraron en suspensión de pagos, pero por favor amor no me pidas la quiebra. Busquemos un acuerdo preconcursal o preventivo. Busquemos una salida, la que prefieras, porque si no amor… Moriré! Moriré antes de que el proceso haya concluido. Mi expediente supremo, cuánto te he amado!; Y siempre con probidad y buena fe; ¿Y tú como me contestaste?… con temeridad y malicia, corriéndole traslado a otro, a un tercero ajeno a la litis que rompió nuestro vínculo. Y así y todo mi amor, mi viejo amor jurídico, me dejaste. Me dejaste amor. Me dejaste. Cómo yo, un amante de veras, preparado con García de Enterría, Cerezo Mir y Tomás y Valiente pude enamorarme de ti, cometiendo este error de derecho inexcusable.

p.d. Y yo que creía que el gremio letrado estaba fuera de sospecha de frikismo. Pues toma argot.

Amigos y amigas, lectores y lectoras… a la puta mierda con el lenguaje políticamente gilipollesco. Por cierto, no viene al tema de la entrada de hoy, pero me apetece comentarlo porque puedo y porque me sale de los cojones. ¿No estáis hasta los huevos como yo de oír en la tele, en la radio, etc. aquello del uso del masculino y femenino en una misma frase? la cosa empezó con políticos, pero ya se sabe que cuando algo le suena ¡guay! a noséquién (ya me gustaría a mí saberlo, para cortarle los huevos o las huevas) se pone de moda y no hay quién lo pare; siendo los periodistas y periodistos sus más fieles esbirros; joder, van de modernos (otra vez) y de súper tolerantes con el sexo (supuestamente débil) femenino y lo que a mi modo de ver son unos (y unas) completos ANALfabetos y ANALfabetas y SUPERGILIPOLLAS Y SUPERGILIPOLLOS.

Es una pena, yo que creía que el analfabetismo era coto privado de la clase política, pero no paran de sumarse colectivos. El caso es que en España siempre se ha llevado mucho el paletismo regional «made in espein» y parece que la cosa dista mucho de cambiar de aires.

En fin, al final me he calentado y no he dicho nada del poema jurídico. Que le follen, ya no tengo ganas y me tengo que largar.

En realidad no me gusta la Navidad. Me da mal rollo, yuyu, me escama, vamos, que me pone de una mala leche preocupante. Creo que lo único bueno y decente de esta época del año es la paga extra, el que la tenga. Y si hay algo que me jode sobremanera de estas fechas son las cenas en grupo. La de la empresa, la de la gente del departamento, la de los conocidos que se creen amigos… Una forma absurda de gastarse el dinero para celebrar que llevas un año más viendo las caras a la misma gente y de que tienes aún más ganas de dejar de verlos que el año anterior. Y encima la gente se emborracha, y es muy gracioso, y la gente baila y deben de ser las cenas en la que menos alcohol mezclo con mi sangre porque me conozco y lo mismo mandaba a alguien a la mierda y entonces lo mismo sí que empezaba a gustarme la Navidad.

Al menos este año mi empresa ha suspendido la comida navideña a la que, de todas formas, últimamente no me molestaba en ir. Y como en mi departamento saben que soy un borde y un sociópata no se toman a mal que no vaya a la suya. Sólo me queda la de los amigos del trabajo. No tengo nada en contra de ellos a pesar de ser amigos míos pero tampoco me apetece demasiado cenar con la misma gente con la que como para comentar las mismas cosas que comentamos cada jodida mañana de cada jodido lunes de cada jodida semana del año. Con suerte hablaremos de fútbol y alguien se emborrachará o bailará y aún acabará siendo un rato medio decente. Y lo mismo mando a alguien a la mierda, que todo puede ser.

Hay días que uno se pregunta: «¿qué hago con mi vida?». Luego llegas al trabajo, recibes algo como esto y todo queda resuelto, no hay lugar para la duda y tienes que reconocer que todos tus desvelos han merecido la pena.

De entrada puede parecer que hay muchas formas pero en realidad sólo hay dos, una: hacerlas bien y dos: hacerlas mal.

Hacer las cosas bien es lo que promete todo el mundo, es el mundo ideal del país mágico de fantasía, pero a veces no ocurre y entonces las cosas se hacen mal. Esto no siempre implica una mala intención de partida, sino un problema de interés, de esfuerzo, de circunstancias o simplemente un «quiero y no puedo».

Como no quiero que se me tache de divagante pondré un ejemplo concreto. Alguien (persona o colectivo) decide meterse a organizar un evento en el que implica a un montón de gente, creándoles muchas ilusiones y luego resulta que lo hace todo como el culo, demostrando así que los fantasmas existen y que caminan más cerca de lo que uno piensa.

En cambio, otras personas o colectivos, deciden también organizar un evento y demuestran que las cosas también se pueden hacer bien, ofreciendo un trato perfecto a los implicados, programando actividades alternativas, difundiendo el tema como es debido… y un largo etcétera.

Esta intervención podría ser más explícita, pero no quiero causar perjuicio a nadie, habrá algunos que sepan de qué hablo y entenderán un poco más el mensaje.

No terminaré este post sin hacer un llamamiento a la reflexión; ¿es posible encontrar un remedio contra los fantasmas o símplemente tenemos que dejar que se crucen en nuestras vidas y sólo entonces poder identificarlos? (uf, creo que he visto muchas veces Sexo en Nueva York)

No me haré el sorprendido porque ya soy mayorcito para saber cómo actuán los políticos, esa raza de parásitos para los que las palabras honestidad intelectual y honradez son tan extrañas como a un esquimal la manga corta. Mientras una actividad, aunque incumpla la ley, dé dinero en impuestos (y lo dejo así por ser bueno) y no salga en las noticias, todo es perfecto. Lo digo yo, que duermo debajo del motor de un extractor de humos de un Burger King, denunciado al ayuntamiento por activa y por pasiva y que ahí sigue, con sus ruidos, sus humos y sus vibraciones… en lo que no haya un escándalo en este o en otro local similar, claro. Entonces, como pasa ahora con los bares y discotecas, saldrá el responsable del ayuntamiento y el enamorado de la cámara, el señor (es un decir) Gallardón, a tomar medidas en dos semanas que dejaran de cumplirse en menos de un mes pero que les harán quedar estupendamente ante sus votantes (al menos ante los que vivan en la inopia, que deben ser casi todos).

Entendedme, soy favorable a que cualquier local sin su licencia en regla no se abra, pero también soy favorable a que los ayuntamientos tramiten las licencias y las denuncias con un mínimo de profesionalidad, eficiencia y honradez. Lo que me escandaliza de esto no es tanto que cierren un local con montones de denuncias puestas sino que esas denuncias llevan ahí años, tantos al menos como llevo yo acudiendo a este local en particular a ver conciertos, y es ahora, con sangre de por medio en buena medida provocada por la incompetencia cuando no la connivencia del propio ayuntamiento, cuando deciden que es el momento de cerrar en bloque este tipo de locales.

Otra cosa es el perjuicio que esto nos provoca a los que disfrutamos de vez en cuando de acudir a conciertos. La Riviera, para el que no la conozca, es una de las pocas salas de conciertos de la ciudad y casi la única de su tamaño. Allí hemos podido ver a gente como Morente, Interpol, Sigur Rós, Yo la Tengo, Wilco, James, por mencionar unos pocos. Ahora nos quedamos con salas que se quedan pequeñas para grupos con algo de tirón (tipo Heineken o Moby Dick) y con otras localizaciones enormes en las que sólo pueden actuar grupos de renombre (las Ventas, Arena o el Palacio de los deportes). En medio, la nada. Preveo una larga época de escasez en lo que a actuaciones que merezcan la pena se refiere. Mientras tanto, nuestro querido alcalde aspira a conseguir organizar unos juegos olímpicos en una ciudad que los ve con la mayor de las indiferencias, mientras la ciudad se hace poco a poco más invivible y las autoridades sólo aparecen cuando pueden ganar o perder votos. Para todo lo demás, no están.

Pues sí. Hace tiempo que quería hablar sobre este asunto y sobre esta subespecie urbana. Empiezo informando que nunca me han gustado los domingueros. Me explico. Cuando era pequeño (y no tan pequeño) odiaba que llegara el domingo y «mi» playa se viera infestada por gente (mucha gente) que no se limitaban a plantar su sombrilla como hace todo hijo de vecino; sino su SUPER TOLDO FAMILIAR 4X4 mts. marca ACME o SOMBRILLAISER teletiendil al uso y su «mega arradio» con la tonadillera de turno o bacaluti chunda chunda si el «paterfamilias» era un modernillo con pendiente y camiseta heavy metal (no me pregunten por qué, pero lo recuerdo asín; ya, yo tampoco veo la relación). Yo intentaba no bajar a la playa -de esto algunos sois testigos porque tampoco bajabais- o hacerlo por la tarde, cuando cada mochuelo empezaba a irse a tocarle los cojones a su puto olivo.

El caso es que uno se hace mayor y aparte de ver cómo se le cae el pelo a uno que es un primor, también se da cuenta de algunas cosas y se hace más tolerante con ciertas costumbres ibéricas. Ahora me suena elitista pero entonces, juro por los huevos de san apapaucio que me jodía sobremanera. Cosas de la edad como diría aquél.

El tema y voy centrando el asunto, es que como bien saben los que me conocen cambié de casa. A mejor por supuesto o eso creía. Una casa más grande que la anterior, con más comodidades y toda la parafernalia, pero… no me podía imaginar que el dominguero de playa (entendiendo como tal la subespecie, porque ya sería jodido encontrarme con el bacaluti maduro con su camiseta heavy al abrir el portal de mi casa) me iba a perseguir hasta la sierra madrileña. Sí señores, uno piensa que se traslada a una zona noble y se encuentra con el mismo macarrismo playero pero esta vez no se marcha cuando cae la noche para volver la semana siguiente. VIVE EN EL PORTAL DE AL LADO.

Joder qué duro se hace verles con sus tripas cerveceras haciendo botellón en el jardín de la zona común. Y el barullo que montan y las tumbonas ocupando toda la zona «verde». Verde, verde, dura la primera semana de apertura de la pisgüi porque ya se encargan ellos de dejarlo como un campo de fútbol de 3ª división. Sí queridos amigos, toman la zona de esparcimiento como si fuera suya y a veces me entran ganas de decir: dejar libre mi 0,0000000001% de zonas comunes panda de hijosd… pero luego me digo que no, que mejor callarse, porque nunca sabes por dónde te va a salir un dominguero-playero-sierrero. ¿Y si cada vez que bajo a la piscina me echa a su niño (que va para futbolista del Madrí) para que juegue con la pelotita al lado mío? Prefiero los domingueros de mi infancia, con sus toldos y sus camisetas heavys. Incluso a la tonadillera de turno. Desde luego que sí.

Dedico este post a hacer una reflexión acerca del movimiento blogger. Después de pasar horas y horas viendo blogs por ahí he observado que  los hay de muchos tipos, pero hay algo que los agrupa a todos en torno a dos categorías, los que reciben comentarios y los que no.

Me resulta curioso ver que hay blogs de temática interesante o más bien, cuyos contenidos tienen cierta calidad y, sin embargo, apenas reciben comentarios. En cambio, hay otros blogs de temática igual de interesante (incluso a veces menos), en los que amigos y familiares del/la que escribe dejan comentarios como, «muy bonito, un beso!!!!» » «qué tal, a ver sinos vemos pronto!!!!»

La creencia popular tiende a hacernos pensar que una entrada en la que se dan muchos comentarios es más interesante o valiosa que aquella en la que no. Una regla de tres que está muy lejos de la realidad.

Dichos comentarios a los que me refiero sólo son paja entre toda la información valiosa que circula por internet. Y digo yo, que para eso se pueden usar otro tipo de soportes igual de gratuitos e instantáneos como el mail, el messenger, etc. y que no estorben al resto de usuarios no?????

Termino esta intervención lanzando algunas preguntas. ¿Es mejor bloggero/a el/la que más amigos/as tiene????? Si este fenómeno se da en la vida off line (entiéndase, que siempre salgan favorecidos/as los/las que más contactos tienen) y ya nos parecía de alguna manera injusto, ¿porqué no hemos podido librarnos de esto en la red????

Fdo. Una bloggera indignada (o sin amigos).

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